lunes, 7 de junio de 2010

Felicidad - Medir lo inmedible

Tercera y -de momento- última entrada a raíz del artículo de Germán G.



Hay enfoques distintos:

Primer enfoque - La felicidad medida como una variable objetiva
La asociación inglesa NEF y la ONG Friends of Earth hicieron un índice de felicidad de las sociedades por países basados en la cantidad de recursos naturales que se consume vs su impacto en el bienestar de los ciudadanos.

El objetivo es demostrar que el alto consumo de recursos no equivale altos niveles de bienestar. La lista :
  1. Vanuatu
  2. Colombia
  3. Costa Rica
  4. República Dominicana
  5. Panamá
  6. Cuba
  7. Honduras
  8. Guatemala
  9. El Salvador
  10. San Vicente y las Granadinas

Segundo enfoque - La felicidad como percepción (necesariamente subjetiva)
Según un estudio estadístico a través de encuestas personales encargado por Coca-Cola (!!), los países más felices del mundo son México, Filipinas, Argentina, Sudáfrica, Rumania, Estados Unidos y Brasil, mientras que a España, le siguen por este orden Reino Unido, Italia, Rusia, Bélgica, China, Turquía, Bulgaria y Francia, según el estudio.

El estudio añade que, pese al ritmo frenético al que avanza el mundo virtual, el contacto humano gana de forma aplastante cuando de felicidad se trata. ¿ Por qué no ...?

Mis matices – Similar en parte al problema del medio pollo por persona que se consume en España (yo me como un pollo y tú ninguno, la media es medio pollo cada uno). En otras palabras, la felicidad tratada como un concepto sociológico en lugar de individual.

1 - La felicidad, al igual que la inseguridad, es una percepción. No existe una correlación directa entre criminalidad e inseguridad por ejemplo, ni tampoco entre felicidad y poderío económico.
2 – La forma en que yo sea capaz de verbalizar una percepción depende mucho de mi nivel cultural y de mi acceso a la información (léase: soy feliz porque NO sé que soy infeliz)
3 – En cualquier índice de este tipo, la dispersión es casi más importante que la media. Por ejemplo, si en un país con 15 millones de hogares un millón de hogares no dispone de ningún recurso (cualquier parecido con la realidad NO es coincidencia), esto afectará poco a la media, aunque mucho a la dispersión.

La pregunta final y abierta es la siguiente, ¿cuáles son las medias y dispersión mínimas de la “felicidad expresada” que necesito para que la sociedad en la que vivo primero no estalle, y a continuación se desarrolle de forma harmoniosa?

1 comentario:

  1. Hola jd:
    Aquí estoy como te anuncié. Me ha gustado el uso de variables para llegar a establecer rankings nacionales de felicidad. Me detengo en el caso de Costa Rica, donde una de las expresiones populares más frecuentes es "pura vida", ahí es nada. No sé nada de Vanutu excepto que si alguna vez voy allí seguramente nunca vuelva (aquí).
    Un abrazo.

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